Puede que hayas oído esta frase alguna vez, es muy utilizada cuando aplicas la herramienta del coaching en los procesos de desarrollo personal y profesional.
Este tema es realmente interesante cuando surge en las formaciones, da lugar a reflexiones y análisis profundos 😉
Vamos a indagar bien en su significado. No creas, a mí me costaba al principio comprender su sentido completo.
¿Ves la imagen que ilustra el post?
- Sí, es el mapa del mundo pero esta al revés (me dirías).
Bueno, los nombres de los países están bien, no al revés. Con lo cual está hecho así conscientemente.
- Ya veo…¿dónde está el truco, entonces? O mas bien, ¿a donde quieres llegar?.
Este es el mapa que te encontrarías en Australia, para los australianos ese es su mapa.
Y tiene lógica: se ponen ellos en el centro. Igual para los europeos, que Europa aparece en el centro del mapa y así con mas continentes.
Pero claro, que ese sea tu mapa no quiere decir que sea el de todo el mundo, ni siquiera que el de ellos esté al revés y menos aun, que solo el tuyo sea el correcto.
Vivimos en ”nuestro mapa”, nos creemos dueños de todo el territorio, nuestra verdad es la única porque nos guiamos en exceso por ese mapa sin ver el resto de ”mapas”. Y asumimos que el territorio es nuestro y que la única realidad es la que percibimos nosotros.
Necesitamos salir de nuestro mapa, ver el territorio con otros ojos, comprender el mapa del que tenemos al lado y darle la vuelta para observar cuál es el centro de los demás. Llámalo empatía, si quieres.
Salir de nuestro (ego)centrismo es liberador. Sin embargo, no lo hacemos tan a menudo porque escogemos el camino fácil, el que se ajusta a lo que está en consonancia con nuestras creencias y vivencias. Al cerebro no le gusta entrar en conflicto consigo mismo, a esto en Psicología lo llamamos disonancia cognitiva.
Y juzgamos. Y opinamos. Y criticamos. Y llevamos a nuestro terreno lo que nos conviene. Es la consecuencia lógica de ese “querer ahorrarnos” el camino difícil.
Y cuesta, claro que cuesta.
Es un acto puro de generosidad ver el mapa del otro, que requiere también altas dosis de autocrítica (¿me estaré equivocando con esta persona?, ¿habré interpretado bien lo que quería decir?, ¿la habré pillado en un mal momento y por eso me ha contestado así? O ¿será que el mal momento me ha pillado a mí?).
No sabes cómo admiro a las personas que son capaces de hacerlo todo el tiempo.
Y te miras una vez mas y piensas que podrías hacerlo mejor, que tienes las herramientas, pero que no siempre te esmeras en hacerlo. Y te cuesta sudor y lágrimas. Y duele…¡vaya si duele!
Porque como se active el piloto automático, estamos perdidos y requiere un esfuerzo continuo el no dejarnos llevar por él, por eso se nos hace tan complicado.
Acepta su mapa, pregunta su porqué, entiende su percepción del mundo, deja a un lado el tuyo y dibújalo con el otro. Solo así conquistaremos juntos el territorio.
¡Muy interesante Paloma!Hacer un ejercicio de solidaridad y empatía y ponerse en lugar del otro haría un mundo mejor sin duda.Y cuando lleguemos a ser Budas,en esta vida o en la que sea,saldrá sin ningun esfuerzo,de manera natural.Sin embargo,hay que saber tambien poner límites y puede que el mapa de la otra persona no me interese,porque es tóxica,manipuladora o su compañia no me hace bien.En ese caso…¡Que le den a su mapa!
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Hola Joan,
Muchas gracias por tu mensaje ☺️
Por supuesto, que los límites también forman parte de esa empatía y debemos elegir muy bien si, una vez analizado el mapa del otro, entra dentro de nuestro sistema de valores o comportamientos que son aceptables. ¡Un saludo!
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