En nuestra vida diaria estamos rodeados de estímulos y contextos que hacen que percibamos e interpretemos la realidad de una forma concreta.
Tratamos de ser objetivos (bueno…muchas veces no demasiado) en cuanto a la toma de decisiones, a la valoración de puntos de vista o a la hora de ponernos en el lugar de otra persona, con el fin de recopilar información y dar una respuesta basada en la lógica y extrayendo conclusiones en base a hechos puramente objetivos.
Lo intentamos, sí, pero no lo conseguimos al 100%.
¿Por qué ocurre esto? Seguir leyendo