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“No te conformes con lo que necesitas, lucha por lo que te mereces”

¿Te suenan estas frases que pasan a veces por tu mente?

A todo el mundo le va bien…menos a mí.

Todos tienen trabajo…menos yo.

La gente cambia de trabajo cada dos por tres…menos yo.

Mis contactos comparten proyectos interesantes…y yo no.

Mucha gente está consiguiendo dedicarse a lo que le gusta…menos yo.

Casi todos mis amigos trabajan en lo suyo…excepto yo.

Todos han llegado ahí porque conocen a alguien…y yo no.

Y te preguntas: ¿y a mí cuándo me toca?

¿Por qué ellos sí y yo no?

Seguro que en el fondo piensas que ya es hora de que a tí también te ocurran cosas buenas: un trabajo acorde a tus estudios, un sueldo acorde a tu valía, unos compañeros acordes a tu forma de trabajar, un jefe acorde a tu necesidad de autonomía, un horario acorde a tu vida personal…

Pero claro, nos transportamos al mundo real y no todo son acordes musicales, nada concuerda con lo que deseabas, nada es lo que esperabas, todos consiguen lo que tú no eres capaz y te sientes en desventaja total.

Es entonces cuando empiezas a decirte a ti mismo: “bueno, no estoy tan mal”, “podría ser peor”, “a uno que conozco le va todavía peor”.

¿Sabes lo que es eso?

Intentar consolarte y conformarte «con lo que ocurre a tu alrededor» por eso te fijas en los que están igual o peor que tú y de esta forma, tu nivel de aceptación de las circunstancias (aquello que no puedes controlar) es  asumible por tu parte.

Y tras este ataque de sinceridad, ¿quieres saber cuándo será tu turno?:

1. Cuando dejes de compararte con los demás.
2. Cuando dejes de creer todo lo que te cuentan otros: se maquilla mucho la realidad.
3. Cuando te valores y te quieras de verdad.
4. Cuando compruebes que los demás ven tu potencial (ese que tú no has visto).
5. Cuando dejes de mirar perfiles de Linkedin y te preguntes: “¿Y cómo es que está trabajando en esa empresa si mi CV es mejor que el suyo?”.
6. Cuando dejes de atribuir tu situación a la mala suerte o a lo que no puedes controlar.
7. Cuando cojas el toro por los cuernos, decidas hacer algo de verdad (HACER, no decir que vas a hacer) y te hagas un tatuaje con tu objetivo.
8. Cuando seas consciente de que tu talento es único.
9. Cuando creas tanto en tí, que serás capaz hasta de vender helados en el Polo Norte.
10. Cuando dejes en el camino a las personas tóxicas que no te permiten avanzar.
11. Cuando te duelan los huesos de levantarte y no de caerte.
12. Cuando dejes de pensar que en esta vida o se gana o se pierde.
13. Cuando se te meta en la cabeza que lo mejor siempre está por llegar.

Y ahí lo dejo: en el número 13. Porque no creo en la buena ni en la mala suerte, sólo creo en lo que puedes llegar a conseguir aprovechando todas las oportunidades y pasando a la acción, haciendo todo aquello que tú puedes controlar y poniendo foco en ello.

Tu turno llegará, eso no lo dudes.