Este mes de mayo cumplo 3 años de blog: mi espacio, tu espacio, el lugar en el que quiero que te sientas como en casa. No sé si eres consciente de lo feliz que me haces cuando te pasas a verme por aquí.

He compartido contenidos diversos en los que mi objetivo siempre ha sido el mismo: que te lleves algo que te haga reflexionar y te invite a poner acciones en marcha.

Y como sabes, siempre que puedo, trato de vincular la psicología al desarrollo profesional para acercarte mi pasión por aquella carrera que comencé en el año 1994.

Han pasado muchas cosas en estos 3 años y en casi todas tú tienes mucho que ver.

Me has ayudado a poner foco en mis contenidoS

El feedback es muy importante en todos los aspectos de nuestra vida.

El hecho de que te digan si vas bien, si tienes que cambiar algo o te den opinión para mejorar es algo muy enriquecedor. Hace que no te desvíes del camino, que concentres tus fuerzas en aquello en lo que debes y que abras la mente a nuevos escenarios si fuera necesario.

He aprendido a gestionar mejor la incertidumbre

No te imaginas lo que es escribir un texto, darle al botón de publicar y no saber lo que va a pasar. Sí, es el botón del pánico!

¿Gustará? ¿Servirá? ¿Ayudará? ¿Se entenderá? ¿Seré capaz de transmitir lo que quiero?

Así que no queda otra que mantener a raya esa parte que no puedes controlar y dejar de hacer hipótesis que nunca sabes si se van a cumplir.

Me has dado autoconfianza

Publicar contenido es un gran ejercicio de confianza en uno mismo. Y si va acompañada de feedback positivo, va aumentando y generando aún más ganas de continuar escribiendo. Confiar en ti es un punto clave para tu desarrollo profesional.

Y tanta me has dado que incluso he invitado a personas a mi blog en anteriores aniversarios y todas han dicho sí…¡gracias!

Me has permitido conocer personas que merecen la pena

Con cada comentario, con cada recomendación, con cada contenido compartido has abierto mi círculo, me has acercado a personas que, de otra forma, jamás habría conocido.

Nada tendría sentido si no conectamos entre nosotros, si no nos dedicamos tiempo y palabras para agradecer que pases a formar parte de esas personas que suman.

APRENDÍ A EQUIVOCARME…Y NO PASA NADA

A veces no das con la clave, tienes unas expectativas equivocadas y esto forma parte del proceso. Lo dificil no es darte cuenta de esto, lo complicado es aceptarlo, reconducirlo y no sentirte culpable por ello.

No te castigues, ni dejes de hablarte bonito.

Has sido tan generoso como para mostrar tus emociones

Hay artículos que “tocan” más que otros, que llegan más adentro. Y eso ocurre cuando entran en juego las emociones, cuando te digo que sé cómo te sientes, cuando intuyo lo que te está pasando y cuando te digo que es normal, que ocurre constantemente.

Por eso, valoro tu generosidad para reconocer que eso que he escrito te ha pasado, lo has sentido y no te da miedo decirlo.

Por todo esto (y por mucho más) te doy las gracias: por seguir ahí, por animarme a continuar, por valorar mi trabajo y por hacerme saber que te he podido ayudar.

¡Seguimos a por el cuarto!