Hoy en día, tenemos tantas cosas que hacer siempre, andamos por la vida con tanta prisa, con esa sensación de que no nos dan los días para hacer todo lo que nos gustaría, que si pudiéramos comprar tiempo, estoy segura de que muchos lo harían.
Por eso, si damos tanta importancia a la falta de tiempo ¿por qué valoramos tan poco el tiempo de los demás? ¿Acaso no es tan valioso como el nuestro?
Hace unas semanas publiqué una reflexión en Linkedin sobre la puntualidad, en la que opinaba que ser impuntual (siempre que no sea por imprevistos o causas ajenas a nosotros) era una falta de educación y de respeto, pero sobre todo era una forma de, en cierta manera, no valorar a la persona que espera por ti. Tuvo muchísimas recomendaciones y comentarios que me daban la razón.
Siento si soy muy tajante con este tema, pero partiendo de la premisa que tengo tremendamente interiorizada desde hace mucho, opino que el tiempo es el regalo más valioso que alguien te puede dar, porque nunca lo va a recuperar.
Si acudes a una cita o a una reunión 10-15 minutos tarde, no eres consciente de que la otra persona, en muchas ocasiones, ha tenido que hacer malabarismos para llegar a tiempo, que incluso ha dejado de hacer cosas para llegar puntual a la cita. Y ahí llegas tú, tan tranquilo, porque te has levantado tarde, porque aún sabiendo que llegabas tarde, te has parado a hacer otro recado o has atendido una llamada cuando salías por la puerta.
Muchas personas dedican tiempo a otras personas con el fin de ayudar: si te dedican una conversación que necesitas, (aún a riesgo de dejar de hacer otras cosas), si te dedican un tiempo a contestar tus dudas o preguntas sobre algo que te preocupa, si te dedican un café con el fin de que puedas desahogarte, agradéceselo siempre.
Cultivemos la empatía y no pensemos que nuestro tiempo vale mucho más que el de los demás.
Por mi trabajo, dedico parte de mi tiempo a visitar empresas y entidades que puedan estar interesados en los servicios que ofrezco, concierto reuniones y citas, en muchas ocasiones con contactos que ya tenía y mis palabras finales siempre son de agradecimiento por el tiempo que me han dedicado.
Es curioso que en algunos casos, los que son impuntuales se muestran impacientes cuando les corresponde a ellos esperar, con esto demuestran que hasta ese momento, jamás se han puesto en el lugar del otro, ni han valorado la puntualidad como un respeto hacia los demás.
Cuando llegas tarde, es obvio que 15 o 20 minutos antes ya sabes que vas a llegar tarde, algunos al menos avisan…otros te dicen: “es que soy impuntual por naturaleza” y el retraso queda justificado. Seguro que nunca has perdido un tren o un avión, ahí la puntualidad aparece por arte de magia.
Yo también puedo ser borde por naturaleza, así que la próxima vez que llegues tarde, no me esperes, lo más probable es ya me haya ido.
Tienes toda la razón Paloma!! yo considero que la impuntualidad es una falta de respeto hacia el otro, y por supuesto debemos respetar y valorar el tiempo de los demás,y siempre agradecer el tiempo que nos brindan.Gracias por compartirlo,un saludo
Me gustaMe gusta
Opino lo mismo María y creo que comparten nuestro punto de vista muchas personas. Muchas gracias por aportar tus opiniones y por leerme. Un saludo!
Me gustaMe gusta