Llegó diciembre…nos suele gustar hacer balance del año, ver si ha pesado más lo positivo que lo negativo, esperar que el que viene sea aún mejor, desear que no se repita otro tan malo como este, cambiar aquello que no nos ha gustado.
Y yo te pregunto… ¿crees que está en tu mano cambiar las cosas?
¿Hasta qué punto te has dejado llevar por las circunstancias,
por lo que te dicen los demás,
por reflejarte en quién no debes,
por no haber sido objetivo con tus metas,
por creer que todo está fuera de tu alcance,
por pensar que, solo un mínimo porcentaje de lo que ocurre, lo puedes controlar?
Seguimos centrándonos en lo más fácil de gestionar, es decir: como lo que ocurre a nuestro alrededor no lo podemos controlar, le atribuimos las causas de todos nuestros males.
Y no digo que tú seas el único responsable de tu situación, en absoluto, pero sí eres responsable de la actitud que tienes ante la situación. Y eso sí lo puedes controlar.
A lo largo de este año, he impartido talleres, cursos, charlas y he realizado programas de acompañamiento y uno de los primeros aspectos a trabajar es la motivación y la actitud.
Una vez que les motivas y les generas confianza en que conseguirán el objetivo, las cosas empiezan a cambiar.
Y el cambio comienza cuando tomas la decisión de ser protagonista y no víctima, cuando dejas de quejarte y de compadecerte, cuando no permites que las personas tóxicas sigan dirigiendo tu vida, cuando abandonas la idea de que el mundo está en contra tuya.
Así que te invito a hacer cambios para el próximo año, pero no empieces por esa famosa lista de cosas pendientes de hacer, estrategias que quieres cambiar y actividades nuevas que deseas comenzar.
Comienza por ti…
· Por darle una vuelta a tu actitud
· Por desterrar las creencias que no te dejan avanzar
· Por querer hacer (no solo poder y saber hacer)
· Por ver desde otra perspectiva
· Por dejar de culparte por lo que ya no tiene vuelta atrás
· Por abandonar esas etiquetas que te pones y te han puesto
· Por ser realista con tu objetivo (no lo compares con el de otros)
· Por ser “más tú” y menos “lo que quieren los otros que seas”
· Por mirarte cada día y ver una persona maravillosa en el espejo
· Por sustituir el “tengo que hacer” por el “voy a hacer”
· Por dejar de retrasar y retrasar aquello que sabes que tienes que hacer
· Por no desperdiciar ni una oportunidad de conocer personas
· Por hacer cada día, al menos, una cosa que no te guste hacer
· Por darle importancia a lo realmente importante
· Por ver logros en los pasos que vas dando, por pequeños que sean
Piensa primero en ti, invierte tiempo en ti, suelta y comparte las emociones que hay en ti…ese será el paso que marcará cómo vas a comenzar el Año Nuevo.
Y si me permites hacer mi balance del año, te diré:
– Que nada de lo bueno que me ha pasado lo atribuyo a la suerte
– Que nada de lo malo que haya podido ocurrir lo justifico con la mala suerte
– Que cada vez que siento que me dejo llevar por lo que no puedo controlar, me paro y retomo la situación, pensando en lo que SÍ está en mi mano para reconducirla
– Que el fracaso no es un recorrido perdido, sino que el éxito ha sido llegar hasta ahí
– Que, en ocasiones, hay que perder algo para después ganar
– Que nadie está en su derecho de decirte lo que debes o no debes hacer
– Que la incertidumbre vive a nuestro lado y no queda otra que hacerse amigo de ella
– Que nunca podemos opinar sobre alguien sin conocer la historia que lleva detrás
– Que lo que a mí me sirve, quizá a otro no…y eso es empatía
– Que el aprendizaje más valioso es el que te aportan las personas a las que ayudas cada día
– Que si necesitas ayuda, la pidas y si no te han ayudado, no les guardes rencor
Y lo más importante de mi balance…
Que sigue habiendo personas maravillosas que confían en ti ciegamente, abren su alma, comparten sus vivencias y podrían la mano en el fuego por ti…sin esperar nada a cambio.