El lenguaje es poderoso, no sabes cuánto.
Tendrás mil propósitos para el 2019, seguro que sí y la forma en que los transmites, los escribes o te los dices a ti mismo cambia mucho dependiendo de las palabras que utilices. Es decir, que en base a cómo lo digas, implicará que los lleves a cabo o no.
Te invito a modificar la forma en que utilizas las palabras para que sean de verdad efectivas:
Cambia el tengo que hacer por el VOY A HACER
Tú sabes que tienes que hacer cosas, eres consciente de ello. Pero llega un momento en que el “tengo que” va agrandando una lista de cosas por hacer…es decir, que al final no las haces.
Si dices “voy a hacer”, implica movimiento y acción, solo así conviertes una intención en un hecho.
Cambia el tenemos que quedar por el CUÁNDO QUEDAMOS
¿De cuántas personas te despides por teléfono diciendo “tenemos que quedar”?
Al igual que antes: si no cierras una fecha, una hora y un lugar, solo se quedará en la intención de veros y así puede pasar el año entero (y otro y otro, ¿te suena?).
Anota, agenda y marca ese día para esa persona.
Cambia el sé hacia dónde debo ir por el SÉ HACIA DÓNDE QUIERO IR
Claro que lo sabes, cómo no vas a saber qué debes hacer. Pero el hecho de que lo sepas no significa que sea hacia donde quieres realmente ir.
Piensa si ambas cosas coinciden, no vaya a ser que te dejes llevar por la inercia del deber impuesto (por ti o por los demás) y sea demasiado tarde.
Cambia el yo soy así por el QUIZÁ NO DEBERÍA SER ASÍ
Nos escudamos en que somos de una forma y no podemos cambiarlo, se convierte en una especie de justificación. Y lo peor de todo: creemos que sirve para todo.
Si soy así y a ti no te gusta, lo siento por ti. Esto a veces es realmente así, no te lo discuto. No obstante, en muchas ocasiones podríamos dar un paso atrás y reflexionar para ver si podríamos cambiar aquello que no nos beneficia en absoluto.
Cambia el quiero conseguir esto por el VOY A HACER TODO ESTO PARA CONSEGUIRLO
Si quieres conseguir algo, tienes un objetivo y eso está muy bien para empezar. Pero lo que suele ocurrir es que no sabemos por dónde empezar ni qué es necesario hacer para llegar a él.
Lo que necesitas para que no se quede en esa lista de deseos es poner en marcha todas aquellas acciones que te llevarán a conseguirlo. Solo así, paso a paso y poniendo foco en cada acción y en cada avance verás el objetivo más cerca.
Cambia el eso no es para mí por el PODRÍA PROBAR SI ESO ES PARA MI
Cuando tu situación cambia y debes tomar las riendas, no queda otra que hacer cosas diferentes para obtener resultados distintos. No es fácil enfrentarse a los cambios, pero también es cierto que debemos verlo como una oportunidad para probar cosas nuevas, para experimentar y dejar miedos atrás. Habrá que probar para saber si de verdad eso es para ti o no.
¿Recuerdas de pequeños cuando a la hora de comer decíamos “eso no me gusta” sin probarlo?
Y por último: cambia el lenguaje hacia ti mismo, no seas tan duro.
¿Sabes que la forma en que te hablas influye en todo lo que haces?
Ahí está el verdadero poder de las palabras: en nuestro día a día.
No te castigues, ni te hagas autosabotaje. Háblate bonito, con dulzura, sé flexible, no te culpes, no te juzgues, no te etiquetes.
Dale un espacio a la aceptación, a los errores, a todo aquello que nos hace humanos.
Ni te imaginas cómo ese lenguaje interior tiene poder sobre las palabras que diriges hacia los demás y cómo les haces sentir.
Me parece un artículo magistral, parecería que alguien le hablo sobre mis objetivos para este nuevo año. Creo fielmente en el poder de la palabra y de la visualización. Necesitamos verbalizar nuestros sueños necesitamos visualizarnos en ellos pero necesitamos accionar para que esos sueños sean realidad.
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Muchas gracias por tu valoración José Arnaldo, un placer compartir la misma visión que tú sobre el poder de las palabras.
Un saludo
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